(Títulos = su persona, su ser, y los símbolos =
su obra, su hacer)...
1. El Espíritu Santo: Lc.
11:13.
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a
los que se lo pidan?”
Este nombre enfatiza el carácter moral del
Espíritu. Él es el autor de Santidad. A Él ha sido encomendada la obra de
ejecutar santidad divina en todo el universo,
y en el hombre. Este título, Espíritu Santo pone el énfasis, no sobre la
persona, sino sobre el poder, la manifestación y la operación del Espíritu.
2. El Espíritu de Dios: Ef. 4:30.
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual
fuisteis sellados para el día de la redención”.
Este título enfatiza el origen divino, el carácter divino y
el poder divino del Espíritu. El Espíritu está específicamente relacionado con
el Padre, pues procede del Él.
3. El Espíritu de Cristo: Rom. 8:9.
El Espíritu Santo está muy especialmente relacionado con el
Señor Jesucristo. El imparte la vida de Cristo (Romanos 8.2), Él produce el
fruto de Cristo (Filipenses 1.11), Él revela las cosas de Cristo (Juan 16.16),
Él imparte el poder de Cristo (Hechos 1.8 y Juan 14.12) y Él toma el lugar de
Cristo ascendido (Juan 14.16-18).
El Espíritu ministra para hacer a Cristo presente en la
Iglesia, y para formar a Cristo en el creyente tan real como Él formó el cuerpo
del Jesús humano antes de Su nacimiento aquí en la tierra.
4. El Consolador: Jn. 14:26.
"Consolador" viene de la palabra
"paracletos" en el idioma original griego y significa: "Uno
llamado al lado de otro para el propósito de ayudarle". El Espíritu Santo
como Paracleto es Aquél que está listo para proveer: coraje, fuerza, sabiduría,
y gracia para toda necesidad. El Espíritu es dado para que Él sea a los
creyentes aquí en la tierra lo que Cristo sería si Él estuviere presente
personalmente (El
Espíritu Santo te anhela).
5. El Espíritu de Gracia: Heb. 10:29.
Aun cuando Cristo es el origen y la fuente de Gracia, el
Espíritu Santo hace real en la vida de los creyentes las provisiones vitales
del don de la gracia.
6. El Espíritu de Verdad: Jn. 16:13.
Fue Jesús quien dio este título al Espíritu Santo. Lo usó tres
veces. Puede decirse que el Espíritu Santo manifestó completamente Su palabra
como espíritu de verdad al inspirar a los escritores del Sagrado Libro.
Fue allí donde dio testimonio del Padre y del Hijo en toda
verdad. El error y el engaño están en abierta contradicción con la naturaleza
del Espíritu Santo.
7. El Espíritu de Vida: Rom. 8:2.
El Espíritu vivifica al hombre muerto en delitos y
pecados, y le imparte nueva vida.
8. El Espíritu Santo de la Promesa: Ef. 1:13.
Porque el recibimiento de su poder y de su gracia constituye
una de las bendiciones sobresalientes prometidas en el Antiguo Testamento.
Ezequiel 36.27; Joel 2.28.
9. El Espíritu de Adopción: Rom. 8:15.
Cuando una persona es salvada, no solamente se le da el
nombre de hijo de Dios, y es adoptado en la
familia divina, sino que también recibe dentro de su alma la conciencia de
que es participante de la naturaleza divina.
Reflexión final: El Espíritu Santo no sólo ha sido enviado para
estar en nosotros, sino para estar con nosotros, esto
implica comunión, amistad, conocimiento mutuo, es el deseo de Dios
que tengamos comunión con Su Espíritu. Dios ayúdanos a fortalecer y
crecer en la comunión con tu Espíritu.
(Ptores Gonzalo y Andrea Sanabria)
No hay comentarios:
Publicar un comentario